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Proyecto Hombre planea abrir una unidad de atención a alcohólicos

Proyecto Hombre planea abrir una unidad de atención a alcohólicos

Nuevos perfiles. El de los adictos al alcohol es uno de los principales grupos con los que ahora trabaja esta asociación.

El 15% de los pacientes nuevos que ingresan en Proyecto Hombre son alcohólicos. Una pequeña parte de ellos, además, consume cannabis.

Proyecto Hombre está estudiando la creación de una unidad de atención específica para personas con adicción al alcohol después de que en la tesis doctoral de su psicólogo, Fernando Pérez del Río, en la que se estudiaba el perfil de los nuevos drogodependientes atendidos, aparecieran dos grupos muy definidos y bien diferenciados: politoxicómanos, por un lado, y alcohólicos, por otro, siendo estos últimos el 15% del total de la población de nuevo ingreso con la que se actúa.

«Se trata de una propuesta que ya está sobre la mesa y en la que nos vamos a poner a trabajar. Los alcohólicos conforman un grupo bien diferenciado con unas características específicas que le distinguen del resto», explicó del Río, quien afirmó que, por esta razón, el trabajo con este grupo ha de ser diferente que con el resto de toxicómanos.

Se trata de un colectivo con una media de edad más alta que la de los politoxicómanos, 35,7 años; obtienen sus recursos económicos del paro o ayudas sociales, tienen menos deudas y han pasado menos tiempo en la cárcel que los otros. También entre ellos hay más divorciados y más personas que viven solas y que no tienen un domicilio fijo. Casi todos han consumido grandes cantidades de alcohol a lo largo de su vida y antes de llegar a Proyecto Hombre han pasado -también como media- algo más de nueve años bebiendo.

Tienen más problemas psicológicos y por ello reciben más medicación que el otro grupo y también en mayor medida han padecido depresión severa, intentos de suicidio, alucinaciones y mucho más tiempo de hospitalización. «En general están más deteriorados en el aspecto psiquiátrico y hay un pequeño subgrupo que además de alcohol consume cannabis», explicó Del Río, que defendió el pasado día 7 su investigación en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y fue calificada con sobresaliente cum laude.

Perfiles de drogodependientes y eficacia del tratamiento en Proyecto Hombre Burgos, título que lleva la tesis, ofrece también una foto fija de quiénes son los politoxicómanos, la otra gran población con la que ahora trabaja esta institución. Consumidores de varias sustancias (aunque la cocaína es la principal, seguida de las anfetaminas), rondan los 30 años, han empezado muy jóvenes a drogarse, tienen muchos más problemas judiciales y buena parte de ellos han llegado a Proyecto Hombre a cumplir una condena.

Además de a estos dos nuevos perfiles, la institución sigue cuidando de los heroinómanos aunque, como asegura Pérez del Río, «como nuevos ingresos han desaparecido prácticamente, su presencia no es significativa estadísticamente». Esto no quiere decir que ya no les haya porque siguen acudiendo al programa con metadona que Proyecto Hombre inició hace algunos años.

La segunda parte de la tesis doctoral de Fernando Pérez del Río ofrece datos sobre los cambios que experimentan los pacientes a los seis meses de haber iniciado el tratamiento. Para ello evaluó a 76 personas con dependencia de sustancias y una edad media de algo más 33 años.

Uno de los primeros resultados es que, al cabo de ese tiempo, ninguno a vuelto a probar las drogas «salvo el tabaco». «Por otro lado -añade el terapeuta- cuando llevan ese tiempo de desintoxicación se van dando cuenta de que el problema que tienen no es el de la sustancia, que es lo que piensan todos al llegar, sino que comienzan a aceptar que también influyen ellos como personas».